A la decisión por parte de la Audiencia de Valencia de reabrir la causa de la tragedia del Metro deben añadirse dos circunstancias: La primera es que se cumplen dos años (febrero de 2012) desde que EL MUNDO desveló los documentos que prueban que Ferrocarrils de la Generalitat utilizó los servicios de una consultora experta en comunicación e imagen para adoctrinar a los técnicos que iban a comparecer en la comisión de las Cortes que investigó las posibles responsabilidades por la muerte de 43 personas. Una información que evidenció que desde FGV se mintió sobre las causas del accidente.
Y es que tras descubrirse que las respuestas fueron preparadas, las propias contestaciones en las Cortes Valencianas abrieron la puerta a un posible falso testimonio porque tanto la, en ese momento, gerente de FGV, Marisa Gracia, como el director de Explotación de Metro Valencia, Vicente Contreras, aseguraron que no se habían preparado las preguntas, pese al informe de la consultora HM & Sanchis que redactaba hasta las respuestas que debían contestar los técnicos, y que los trenes de la línea 1 -en la que se produjo la tragedia- eran seguros cuando un año antes habían recomendado su cambio porque eran obsoletos y presentaban problemas.
El objetivo de aquella operación de imagen era que se impusiera la «verdad oficial» de que el siniestro fue un accidente inevitable y que el único responsable fue el conductor, que murió en el accidente.
El segundo hito que marca la agenda del 'caso FGV' es la declaración de personal de la citada consultora (HM & Sanchis ) ante el juzgado de instrucción número 8 mañana para que aclaren como fueron contratados sus servicios.
Las conclusiones iniciales del juzgado, a las que ha tenido acceso este diario, destacan que la firma HM & Sanchis prestó servicio para Ferrocarrils desde 2004 a 2012 de forma ininterrumpida y por lo que recibió un montante de 621.000 euros. Sin embargo, nunca se realizó concurso público a pesar de que por el coste era absolutamente obligatorio por ley y únicamente se utilizó un procedimiento negociado sin publicidad.
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