miércoles, 27 de agosto de 2014

La ´general´ Bonig prepara un gran acto para dar moral de victoria a la militancia

Altos cargos a la fuga porque de repente entienden que el sueldo no les compensa las críticas y la mala vida. Así que deciden volver a su plaza de funcionario o al sector privado. Cuando los ejemplos se suceden más de una docena en los últimos meses, tres en un día le dimitieron a la consellera Català quizás se esté ante un síntoma de fin de era o de régimen popular. Los resultados de las europeas confirmaron la decadencia del bipartidismo, que, en el caso del PP valenciano, augura que será complicado mantenerse en la Generalitat, 20 años después de conquistarla.

Con este panorama de incertidumbre en el horizonte inmediato, delante de la puerta, arranca en septiembre el último curso político de esta legislatura. El más empinado para los populares, con nubarrones al acecho. El problema de la falta de financiación valenciana, sin fecha para tratarlo con el ministro Montoro o los procesos judiciales abiertos (solamente en Gürtel hay ya tres exconsellers y 20 altos cargos imputados) son algunos de los obstáculos a los que se enfrenta el PP, con las encuestas en contra, las arcas de la Generalitat vacías y sin el altavoz de Canal 9. En medio de este páramo de desolación, asoma la última creyente en la victoria, la primera apóstol de que no todo está perdido: la coordinadora general del PP, Isabel Bonig.

La mujer con mando en plaza entre los populares ha programado un gran acto autonómico del PP para septiembre que, a modo de terapia colectiva, pretende insuflar moral de victoria a la tropa y debatir propuestas a partir de documentos elaborados por las provinciales para empezar a diseñar el programa electoral. La conocida como la Thatcher de la Vall d'Uixó donde fue alcaldesa hasta 2011 apenas ha tenido vacaciones entre charla y mitin con una militancia desencantada y a la que pretende reactivar

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