El objetivo, según el gobierno local, es «prevenir posibles riesgos» por el estado de ruina de algunos elementos constructivos que quedan en pie, así como por la existencia de numerosos escombros. Fue Compromís la que denunció la existencia de restos posiblemente tóxicos y llegó a bautizar la zona como el «Fukusima de Paterna», aunque una inspección hace meses de la conselleria descartó la presencia de vertidos o cualquier riesgo de toxicidad.
El consistorio también viene reclamado la limpieza de toda la parcela, actuación valorada en más de 160.000 euros y que sólo ejecutará subsidiariamente una vez se hayan agotado también las vías administrativas que permitirán posteriormente reclamar el importe o compensación a los propietarios de la parcela. El ayuntamiento denunció hace meses la situación en el juzgado y solicitó el precinto judicial de las instalaciones, con el objetivo de poner en marcha otro mecanismo de disuasión para cualquier persona que pretendiera acceder al solar.
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