El 25 d'Abril de 1707, hace hoy 305 años, la batalla de Almansa cavó la tumba política del Reino de Valencia, pero también engulló para siempre el afecto valenciano por el rey Felipe V, el primer monarca borbón de España. A sangre (la de los maulets) y fuego (la de la Xàtiva socarrada que incendió), Felipe V implantó su real autoridad sobre el territorio valenciano.
Y blandiendo el "justo derecho de conquista", barrió de un plumazo el pasado foral de Valencia iniciado en 1238 con Jaume I. Por ello no extraña que el retrato del rey cuelgue cap per avall en el museo municipal de Xàtiva y en la memoria de todo el espectro valencianista.
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