“La censura acaba siendo ridícula”. La portavoz adjunta de Compromís, Mònica Oltra, principal destinataria de las dos polémicas resoluciones con las que el presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino, pretende impedir que los diputados hagan valer su protesta mediante camisetas, carteles o pancartas, y busca evitar que se menoscabe “el decoro de la Cámara”, calificó la iniciativa de “recorte y devaluación democrática intolerable”, pero optó por burlarse del tema. Oltra comparó a Cotino con Il Braghettone, apodo que se otorgó al pintor y escultor Daniele da Volterra en el siglo XVI porque fue el encargado por el papa Pío V de cubrir los genitales de las figuras desnudas de El Juicio Final que pintó Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.
La más llamativa de las resoluciones de Cotino se refiere a “prendas de vestir, carteles, fotografías, pancartas u otros elementos materiales que pudieran ser alusivos a algún diputado, institución o terceras personas” y prohíbe el uso de grabaciones de sonido e imagen en los plenos, así como restringe el uso de la sala de prensa. La otra impide volver a debatir en un mismo periodo de sesiones iniciativas que hayan decaído, lo que apunta directamente a una propuesta de reprobar a Francisco Camps por la negociación del contrato de la fórmula 1, que presentó Esquerra Unida y que decayó precisamente el día en que Cotino expulsó a Mònica Oltra por lucir una camiseta con la leyenda “No nos falta dinero, nos sobran chorizos” y la oposición abandonó el pleno en solidaridad con ella.
La portavoz de EUPV, Marga Sanz, y el diputado Ignacio Blanco fueron muy contundentes con las resoluciones del presidente de la Cámara. “Nos declaramos insumisos y seguiremos expresando lo que expresa la calle dentro de las Cortes”, advirtió Blanco, que anunció un recurso ante el Tribunal Constitucional. El diputado se preguntó si se le va a prohibir lucir una chapa con la bandera republicana, como la que llevaba ayer en la solapa, o si alguien intervendrá porque en su despacho tiene un cartel de Roger Rabbit, el personaje cinematográfico que inspiró el apodo asignado a Rafael Blasco en la investigación sobre el fraude en las ayudas de cooperación, que se podría considerar “alusivo a algún diputado”.
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