El primer coche de competición fabricado a base de vegetales es ya una realidad. Este invento trascendental se ha desarrollado en el instituto AIMPLAS ubicado en Paterna, y combina velocidad y respeto por el medio ambiente. Este fin de semana se presenta en la Malva-rosa.
El Beach Park de la Malva-rosa será testigo, pasado mañana, de un acontecimiento insólito en el mundo del motor. Se llama WorldFirst y es el primer coche adaptado a la alta competición fabricado con materiales de fuentes renovables, a base de vegetales como la zanahoria (que constituye el volante), la soja (presente en el asiento), las patatas (que hacen el chasis y la carrocería) y el yute.
El Beach Park de la Malva-rosa será testigo, pasado mañana, de un acontecimiento insólito en el mundo del motor. Se llama WorldFirst y es el primer coche adaptado a la alta competición fabricado con materiales de fuentes renovables, a base de vegetales como la zanahoria (que constituye el volante), la soja (presente en el asiento), las patatas (que hacen el chasis y la carrocería) y el yute.
No sólo eso: otra característica de esa peculiar mecánica es que utiliza chocolate como carburante y aceite vegetal como lubricante. Es decir, contaminación cero y la premisa sorprendente de poder dar la talla en una carrera de Fórmula 3. Todo un lujo en mitad de las caóticas perspectivas científicas de un calentamiento global devastador. Con un contexto inmejorable, las inmediaciones del Gran Premio Telefónica de Europa de Fórmula 1, el WorldFirst se dará a conocer internacionalmente.
Según sus creadores, el motor es capaz de impulsar al WorldFirst F3 hasta velocidades de 200 km/h y su sistema de escape no contamina en absoluto. Al contrario, mientras rueda sobre el asfalto limpia el aire gracias a la incorporación de un catalizador que elimina el CO2 de la atmósfera.
Los responsables de la creación, el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) ubicado en Paterna, bajo un encargo de la Universidad de Warwick (Reino Unido).
Comentario, este coche es una patata, pero de verdad, esta es una fantástica noticia que abre nuevas expectativas a las acciones por la sostenibilidad ambiental, aunque podrían provocar una alarmante escasez de la patata y el chocolate. Bien por AIMPLAS.
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