/Mohamed Bouazizi, Tunez |
La vida de Félix se apagó el jueves en Ribarroja, cerca de Valencia. Una víctima más de la crisis. Casado y con un hijo menor de edad, decidió quemarse a lo bonzo después de perder su empleo. Cuando los vecinos dieron la voz de alarma ya era demasiado tarde. Los servicios de urgencia nada pudieron hacer por salvarle.
El suceso ocurrió a primera hora de la mañana, en el interior de su propio garaje. Allí se roció de gasolina y se prendió fuego. Pocos minutos después, en torno a las 9.03 horas, unos vecinos hallaron el cuerpo. Aunque alertaron al Centro de Coordinación de Emergencias, los médicos sólo pudieron certificar el deceso.
Según publica este viernes el diario Levante-EMV, Félix había perdido el día anterior su trabajo como agricultor en una masía próxima. Al parecer, a sus 56 años, no pudo encajar el despido y las consecuencias económicas que supondría para su familia.
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