Muchos eran quienes recelaban ante la campaña de miedo que se provocó sobre la población a tenor de la gripe A, acordémonos, hasta que voces independientes comenzaron a denunciar el negocio asociado de la industria farmaceútica. Al comenzar la campaña de vacunaciones ya se puedo apreciar el boicot silencioso del propio personal sanitario. Ahora los gobiernos no saben que hacer con los millones de vacunas comprados mientras las acusaciones crecen sobre el papel jugado por la OMS y por los grupos de presión farmaceúticos.
Quienes se burlaron del vídeo de la monjita-médico de Monserrat deberían pedir disculpas, fue una más de las voves discrepantes contra el sistema.
Nap i Col
Vedlo en el editorial de Iñaki Gabilondo:
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