Luo Baogen se negó a firmar el documento que decretaba la demolición de su casa para construir una nueva autopista. Pero el gobierno no detuvo el proyecto y levantó la carretera alrededor de su vivienda.
El caso de este granjero de Zhejiang ilustra dos de los asuntos sociales más conflictivos en China: los desahucios y demoliciones para hacer sitio a modernos
proyectos urbanísticos. Se estima que más del 60% de las protestas que se producen cada año en el país están relacionadas con las apropiaciones de tierras.
Público
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