actual convento |
El destino -o la providencia- ha querido que las monjas que llegaron en 2007 a Paterna hayan recalado en un monasterio que tampoco se libra de los vaivenes inmobiliarios y que tiene previsto un traslado en el corto plazo.
Se trata del monasterio de Santa Catalina. Antiguamente situado en el solar de Valencia que hoy ocupa El Corte Inglés de Pintor Sorolla, el convento se trasladó a Paterna en 1970 tras ser comprados sus terrenos por los grandes almacenes. Las monjas estaban en un lugar bucólico y apartado. Pero todo cambió cuando, a su vera, empezaron a proliferar gigantes: la autovía de Ademuz, el barrio de la Coma y el complejo de ocio Heron City.
Las alarmas saltaron en 2005, cuando dos promotoras presentaron un PAI para urbanizar el sector en el que se asentaba el convento. Las monjas, que no querían verse enclaustradas por más modernidad, reaccionaron. La orden religiosa pujó y logró ser elegida por el ayuntamiento como agente urbanizador de una superficie de 75.515 metros cuadrados.
El acuerdo fue el siguiente: el monasterio se trasladaría al extremo del sector urbanístico más alejado de la CV-35 y su actual emplazamiento se destinaría a zona comercial. Este mes de marzo, la empresa alemana Bauhaus, especializada en el sector de la ferretería y el bricolaje, anunció que invertirá 37 millones de euros para levantar en el terreno comprado a las monjas Las obras empezarán a principios de 2013 y durarán 18 meses.
En paralelo, el actual convento de las dominicas en Paterna -sin valor histórico ni artístico- se ha de demoler y ha de construirse el nuevo monasterio, que será más pequeño y funcional. Ése es el próximo traslado que aguarda a las monjas emigrantes de Girona. Ahora les toca vender.
Levante
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