Todos reconocen su peligrosidad, pero nadie se ofrece a limpiarlos.
Los residuos tóxicos desparramados entre los escombros de un laboratorio
farmacéutico desvalijado en Paterna amenazan con permanecer meses a la
intemperie. El dueño de las instalaciones dice que no puede pagar el tratamiento
de los restos, el ayuntamiento se declara incompetente en la materia y la
Generalitat se limita a denunciar al propietario, un triángulo de inacción que
podría acabar en tragedia ambiental.
Basta un paseo por la zona para comprobar el riesgo, acentuado en
cuatro puntos de las ruinas, ubicadas en el polígono industrial de l'Andana. El
más grave se encuentra en la extensa explanada de lo que fue un almacén, donde
el suelo es una oscura pasta de aguarrás -producto altamente inflamable-
salpicada de escombros. El fuerte olor que desprende vuelve insoportable la
estancia en el lugar.
Cerca de allí, la misma sustancia aguarda estancada en grandes
depósitos de cemento, donde una sola cerilla podría provocar una explosión, y a
tan solo unos metros, cientos de frascos etiquetados como tóxicos e inflamables
se extienden junto a cascotes. Además, en la zona menos dañada por la demolición
efectuada por los vándalos se otro peligro: decenas de garrafas llenas de
alcohol de 96 grados.
Tal y como publicó LAS PROVINCIAS esta semana, la Generalitat,
administración responsable de garantizar la retirada de los residuos peligrosos,
no se plantea por el momento más intervención que la de exigir al propietario
que acondicione el lugar. Para ello le ha impuesto dos multas de 10.000 euros;
una por abandono de residuos peligrosos y otra por no presentar la documentación
requerida.
Más abultada es la cantidad a la que obliga a pagar el Ayuntamiento
de Paterna, que cifra en más de 1,4 millones de euros el precio total del
acondicionamiento del espacio, que también se encuentra lleno de uralita, cuyo
polvo es cancerígeno y requiere un tratamiento especial.
El argumento al que recurre el Consell para no intervenir es que no
tiene constancia de que el laboratorio no pueda pagar la limpieza. «Hasta que la
justicia no dictamine que el propietario no puede cumplir con su obligación el
procedimiento a seguir es exigirle que acondicione el lugar», indicaron a este
periódico.
Preguntada al respecto, fuentes de la empresa se mostraron muy
críticas con «la actitud» de la Generalitat. Según explicaron, la entidad se
halla oficialmente en concurso de acreedores, por lo que su incapacidad para
asumir la limpieza «es más que conocida por la conselleria». Y no sólo eso.
Desde el laboratorio farmacéutico también responsabilizan tanto al Consell como
al ayuntamiento de no haber hecho «absolutamente nada por impedir que el
laboratorio haya acabado como está».
hace un año estaba así |
28 denuncias
«Grupo Viviar ha presentado un total de 28 denuncias ante la Policía
Local de Paterna y ha advertido por múltiples vías a las autoridades del expolio
al que estaba siendo sometido. Se hizo todo lo posible para impedir que lo
desvalijaran por completo, pero fue imposible», indicaron, tal y como denunció
hace un año Compromís per Paterna.
Desde la compañía también sostienen que, «por increíble que parezca,
no se ha realizado ningún derribo en la zona». «Todo lo han destrozado los
vándalos, incluidos los edificios, todo. En el lugar hemos llegado a ver 16
furgonetas robando material a la vez sin que nadie lo impidiera, pero ahora es
muy fácil decir que la empresa farmacéutica es la única responsable del
peligro», aseguraron. El laboratorio propuso por escrito al ayuntamiento «que la
administración lo limpie y que se lo cobre a Viviar en un futuro cuando venda
los terrenos de la fábrica».