La marcha contra los recortes acaba en protesta contra Camps
Muchas batas de médicos, enfermeras, celadores, fisioterapeutas; muchas pancartas de institutos; muchos profesores; muchos administrativos, muchos funcionarios e interinos, trabajadores de la función pública. Decenas de miles de personas han salido a las calles de Valencia, Alicante y Castellón convocados por los sindicatos para protestar por los recortes sociales aplicados por el Gobierno de Alberto Fabra. Para marchar juntos en contra del tijeretazo. A él aludían las pancartas que sobrevolaban las cabezas o los adhesivos que se pagaban en las chaquetas y que adquirían las formas de unas grandes tijeras.
La manifestación más numerosa fue la de Valencia, cuya cola tardó más de hora y media en salir de la plaza de San Agustín, provocando un gran colapso de tráfico en la ciudad. Fue tan o más masiva que la manifestación del pasado sábado contra los recortes en la educación. “Un poble ignorant és fàcil d'enganyar”, rezaba una pancarta que recibía en el Instituto de Lluís Vives a los miles de personas que se incorporaban a la marcha que se dividió en dos itinerarios. El primero pasó por delante de la casa de Francisco Camps “al grito de culpable y corrupto”.
La portaban los responsables de los principales sindicatos UGT, CC OO, Intersindical Valenciana, CSIF y CEMSATSE y el cordón de seguridad de los propios convocantes estaba formado por policías locales sin uniformes que también se manifestaban. La organización estimó en torno a las 100.000 personas la asistencia a la marcha de Valencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario