El acuerdo al que Bankia y el Valencia han llegado para desbloquear la situación financiera del club blanquinegro está condicionado por la aprobación definitiva del Banco de España. Es cierto que el organismo regulador ya lo conoce y, en principio, dio el visto buen, pero aún debe refrendarlo. Las líneas maestras del acuerdo son que la sociedad instrumental creada por Bankia para hacer esta operación se quedaría los 74.000 metros cuadrados de la parcela de Mestalla, 55.000 metros cuadrados del terciario del futuro estadio y los terrenos de la ciudad deportiva de Paterna a cambio de 340 millones de euros.
El club valencianista vería así minimizada su deuda —reconocida en la junta de accionistas del pasado 19 de noviembre— de 370 millones de euros (240 de ellos con Bankia).
Ahora bien, el club necesitará un crédito de unos 140 millones de euros para finalizar el estadio que, según reiteró ayer el presidente del Valencia, Manuel Llorente, estará acabado en unos veinte meses y podría albergar una final de Champions en 2014. Además, deberá construir otra ciudad deportiva, ya que la de Paterna entra en el acuerdo, por lo que crecerá la necesidad de demandar préstamos bancarios.
Estos terrenos deben ser recalificados pero quizá no sea necesario modificar el PGOU porque un decreto del Consell ya permite evitar este farragoso trámite administrativo en actuaciones estratégicas para los municipios. Los detalles se concretarán este mes en reuniones con el alcalde, Lorenzo Agustí.
El convenio también recoge que la sociedad creada por Bankia se hará cargo del coste del polideportivo de Benicalap (unos 7 millones de euros), así como de la permuta de solares y pago en efectivo al Ayuntamiento de Valencia (unos 18 millones). También se espera que antes del verano haya quedado solucionado el problema que surgió al expropiar Adif un solar que el Valencia adquirió para compensar con suelo al Ayuntamiento.
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