Carlos Enrique Bayo
No cabe duda de que el presidente del Gobierno es hombre de pocas palabras. Y posiblemente estas dos sean la única verdad que Mariano Rajoy haya dicho en mucho tiempo: “¡Es falso!”“No voy a necesitar más de dos palabras,” proclamó su busto parlante en una pantalla plana el pasado 3 de febrero, con el objetivo de desmentir “todo lo que se ha dicho y todo lo que se pretenda insinuar.” Ahora bien, ¿qué es exactamente lo que es falso?
Empecemos por la causa de que el líder del PP plasmara esas frases a través de circuito cerrado de televisión: es falso que los papeles de Bárcenas sean “fotocopia de una fotocopia de unos apuntes” manipulados, con “enormes lagunas” y “ya desmentidos”, como alegó Gonzalez Pons. La verdad es que esos documentos fueron escritos por el tesorero del partido, por mucho que él lo niegue, según los expertos calígrafos de la Policía; que esas anotaciones manuscritas coinciden en fecha e importe con la contabilidad interna del PP remitida a la Audiencia Nacional y a la Fiscalía Anticorrupción; y que Rajoy es el dirigente que más veces aparece en las cuentas de Bárcenas, y el segundo que más cobró.
Es falso que el Partido Popular sea “parte claramente perjudicada”, tanto en ese caso como en el de la trama Gürtel (pese a la insistencia de los abogados del partido, recurso tras recurso), tal como ha dictaminado el juez Ruz al expulsar al PP como acusación popular en la causa principal del mayor escándalo de corrupción política de la democracia. La verdad es que el PP se ha empeñado en personarse en todas las causas relacionadas con su propia corrupción interna y que sus letrados se han dedicado en la práctica a bloquear las investigaciones, y a defender a los imputados contra los que fingían actuar.
Es falso que los papeles de Bárcenas “ni tienen, ni han tenido nada que ver con el Partido Popular. No tenemos nada que ver”, como aseveró Rajoy en aquella misma intervención plasmática, ya que Anticorrupción ha descubierto cuatro conexiones entre apuntes de la contabilidad oficial del PP y documentos de la trama Gürtel, en los que la organización de Francisco Correa reparte dinero a Bárcenas y al exalcalde de Pozuelo y exmarido de Ana Mato, Jesús Sepúlveda. La verdad es que, al establecer que debe ser Ruz el magistrado competente para investigar los papeles de Bárcenas, la Audiencia Nacional ha dictaminado que existe “un nexo” entre esa contabilidad B del PP y la trama Gürtel.
Es falso que “en el PP no se pagan cantidades opacas”, como aseveró Rajoy, puesto que acabamos de descubrir que los principales cargos del partido –desde Aznar a Montoro, pasando por Acebes, Arenas y Mato– estuvieron cobrando durante años cantidades mensuales de medio millón de pesetas en forma de gastos de representación; unos pingües sobresueldos por los que se practicaba una módica retención fiscal del 21%, cuando deberían haber tributado más del 30% como rendimientos del trabajo. La verdad es que, una vez más, los dirigentes del PP están tratando de forzar la prescripción de la responsabilidad fiscal por esas irregularidades y por los presuntos pagos en negro que reflejan las cuentas de Bárcenas.