Mariano Rajoy machacó en cada uno de sus mítines de campaña con la idea de que su política crearía empleo. "Cuando gobierne, bajará el paro", decía en aquella portada de El Mundo para la que posó ante una larga cola en una oficina del INEM. En el programa electoral con el que se presentó a las elecciones prometió reformas para generar empleo. No ha pasado ni año y medio y el Gobierno ha tenido que reconocer, que en esta legislatura no solo no se van a crear puestos de trabajo, sino que se van a destruir 1.300.000.
"Con una clara estrategia y con visión de futuro superaremos la ruinosa herencia recibida", leemos en aquel programa con el que Rajoy ganó las elecciones generales. Pero esa "ruinosa herencia" de Zapatero en el capítulo de empleo, es ya más ruinosa todavía. Según la EPA, hay un millón de parados más que cuando Rajoy llegó a la Moncloa.
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