La prueba de la capacidad reproductora de la caña se encuentra en la zona protegida situada entre los términos municipales de Paterna y Manises, que el pasado febrero sufrió un incendio que arrasó cuatro hectáreas de cañar. Dos meses y medio después, en los espacios afectados han vuelto a rebrotar con fuerza nuevas matas.
Sólo en lo que va de año, el parque ha sufrido la virulencia de tres incendios en zonas donde abunda la especie, y eso que ni siquiera se ha alcanzado la época más seca de la temporada. El primero se declaró en enero en Vilamarxant, el segundo llegó un mes más tarde en la zona citada y el tercero tuvo lugar el pasado lunes, fruto del incivismo de un vecino de este municipio, que fue detenido tras un dispositivo de control organizado por la Policía Local de Riba-roja.
Barbacoas ilegales
El parque es muy utilizado para pasear, y que el tramo entre Manises y Paterna tiene una gran acogida los días festivos, especialmente familias que acuden a comer junto al río. Aunque está prohibido hacer fuego fuera de las zonas habilitadas -hasta hace poco había braseros bajo el puente, que han desaparecido-, el terreno que circunda los merenderos está sembrado de restos de barbacoas, con los consiguientes vasos de plástico, botellas, botes de refrescos y bolas de papel de plata.
Desde la Coordinadora en Defensa de los Bosques del Turia, con representación en la junta rectora del parque natural, han puesto de relieve en varias ocasiones la importancia de tomar medidas de prevención para evitar incendios. «Es necesario que se lleve a cabo una limpieza de las cañas y de los residuos urbanos que quedan en la zona, y además, que la gente se conciencie de que la basura no se debe dejar en un parque natural», explica su presidente, Ángel Morales, aunque reconoce que «la mayor parte de los usuarios» son respetuosos.
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