Fue operada de urgencia por una afección cerebrovascular y le abrieron el cráneo. Pero al conocer su situación irregular, el hospital la envió a casa sin recolocarle un hueso.
María Concepción Amaya Guzmán
dejó Honduras en octubre de 2011 en busca de una oportunidad que le permitiera brindarle a sus dos hijas una vida mejor. Según publican medios hondureños, vino a España y comenzó a trabajar cuidando de una anciana valenciana mientras enviaba dinero a sus padres en Honduras, que se hacían cargo de sus hijas.María Concepción fue operada nuevamente cuatro días después. Los médicos indicaron entonces que debía ser remitida a un centro especializado de rehabilitación para colocarle nuevamente el hueso que le fue extraído. Pero, según aseguran las hermanas Amaya, cuando se dieron cuenta de que no tenía papeles, le dieron el alta y le explicaron que debía pagar por su tratamiento