En 17 puntos desmontan los mitos que el Gobierno ha ido extendiendo para
convencer a la población de que el gasto de la Seguridad Social es un
despilfarro. La coyuntura económica no puede ser la coartada para esconder las
verdaderas carencias del sistema: políticas de empleo, falta de ingresos y un
sistema fiscal desigual
¿Es razonable decir que España no podrá soportar un gasto máximo en pensiones
equivalente al 14% del PIB en 2050, cuando Francia e Italia invierten hoy más de
eso? ¿Pone realmente en peligro la supervivencia del sistema de pensiones la
mayor esperanza de vida? ¿Es obligatorio que el sistema de pensiones esté ligado
a las cotizaciones a la Seguridad Social?
Estas son algunas de las razones que el Gobierno de Mariano Rajoy ha
empleado para justificar la necesidad de aplicar la reforma de las
pensiones elaborada por su grupo de expertos. La ministra de Empleo,
Fátima Báñez, trata de vender como un éxito el supuesto ahorro de 33.000
millones de euros que supondrá la reforma tan sólo de aquí a 2022.
El éxito es de dudosa ética si se tiene en cuenta que esa cifra que ahorra la
ministra se consigue no actualizando las pensiones con el IPC y, por tanto,
quitándole poder adquisitivo a uno de los sectores más vulnerables de la
población.
Un grupo formado por 24 economistas presentó ayer en Madrid un manifiesto en
el que desmenuzan una a una lo que consideran "las falacias del grupo de
expertos" de Rajoy y que propone un proyecto alternativo que no sólo
evitaría ese recorte de 33.000 millones, sino que además garantizaría que el
sistema de pensiones siga siendo 100% público. "La argumentación del Gobierno y
los expertos es una falacia y una traición contra los intereses de la mayoría", declaró uno de los autores delestudio.
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